miércoles, 19 de octubre de 2011

Envidiosa.

De los creadores de "Acreditados en CMFW", de los productores de "Tu a la Valencia Fashion Week y yo a los MTVMA", del aclamado director de "Arrástrame a un evento canapero" llega el fenómeno de la temporada, "Bloguea que algo queda".

La industria de la moda hace ya años que ha absorbido el fenómeno blogger. Desde su nacimiento, la maquinaria de la moda se puso en funcionamiento para que las bitácoras de la gente anónima que posteaba sobre un desfile, sus estilismos y hasta sus recetas de cocina formaran parte del negocio. Como en la vida real unos triunfaron y en menos de tres años se hicieron imprescindibles en cualquier fiesta, evento, desfile o apertura de sobre que alguna marca conocida o no pusiera en los buzones de entrada de sus correo electrónicos, publicidad gratuita de la que uno se fía porque viene de un "consumidor objetivo".


Todos hemos recibido a lo largo de estos años de vida on line, invitaciones mas o menos acertadas para que escribiéramos sobre marcas de todo tipo. La semana pasada una firma que fabrica y distribuye calcetines me escribió para decirme lo mucho que admiraba mi blog y lo mucho que les gustaría que escribiera sobre las virtudes de sus ejecutivos antibacterianos. Obviamente la marca desconoce el tono de este blog y la mala uva del que escribe. Primark me invita a la apertura de su nueva tienda en Málaga y , si quiero, puedo invitar a quien quiera.


El fenómeno es real y hace mucho que llegó a la calle, hay gente que consulta blogs de street style para copiar el look de Anna Dello Russo o de Giovanna Bataglia, looks completamente incopiables si llevas una vida normal, decente y ordenada. A ellas la red les hizo mas famosas por lo que llevan que por su trabajo como estilistas de moda. Yo sigo la moda con devoción y me hacen gracia los vestidos imposibles de llevar al Mercadona de Anna, pero como soy inteligente y tengo mas de dos dedos de frente, sé distinguir lo que es moda con mayúsculas y lo que son trapos para almacenar en el armario para ser la envidia de mis amigas en el parque mientras nuestros retoños juegan en los columpios.Tenéis que saber que hay gente que consume Moda y que no es inteligente. Esta afirmación completamente nazi y fascista es tan real como la nariz, los pómulos y las domingas de la Prinzesa de Azturiaz.



La moda de la calle está ahora en manos de esas mujeres que consumen productos sin criterio propio, dirigidas por supuestos iconos de estilo con menos criterio aún. La avaricia y la envidia se han apoderado de la moda. La industria, que es mas lista que el hambre, se ha aprovechado de ello, y ambas partes están sacando cuantiosos beneficios al respecto.
La combinación estrella de la temporada es; Famosa con blog de moda. no voy a recitar aquí la lista de mujeres de, famosillas, cantantes, supuestas actrices y ex-modelos que se han convertido de la noche a la mañana en iconos de estilo para miles de mujeres del país que suspiran por el vestido que luce Vicky Martín Berrocal!!!!!!???????. Por el amor de Dios!.


Ella y otras muchas que cuelgan sus estilismos en la red amparadas por alguna revista del ramo, tienen un inmenso poder sobre sobre lo que se van a poner sus seguidoras. Es normal que las marcas le envíen a los "iconos" la producción entera de la temporada. Yo, si presidiera Mango, Zara o cualquier otra firma, procuraría que Paula Echevarría tuviera todas las prendas de mi firma colgadas en su armario. La señora Bustamante, que no es actriz, es un anuncio de ropa que camina, es un fenómeno en España comparable al huracán Kate Moss en el planeta. La diferencia es que la Moss se ha puesto siempre lo que le ha dado la gana independientemente de para quién trabajara en su momento. Ha hecho campañones enormes planetarios para Versace y no se ha puesto en la calle ni una sola prenda de la colección, y seguro que no es ni por falta de medios ni porque desde Milán no le hayan ofrecido toda la colección.


Paula Echevarría es una chica muy guapa, muy dulce a la que todo le sienta bien, pero, ¿es realmente estilosa a la hora de vestir?. La respuesta es no. No creo que ninguna de ellas, y menos si son modelos, posean eso que la gente llama".Estilo". El estilo se adquiere con la edad después de equivocarse mucho, da igual que gastes tu herencia en Chanel porque eso no te convierte en una persona estilosa sólo en alguien sin criterio y mucho dinero para gastar. Se supone que Charlotte Casiraghi "ha heredado la elegancia de su madre" , aunque para mi lo que ha heredado son sus contactos en el mundo de la moda y la atención mediática que persigue a su familia desde que Grace Kelly llegara al Principado. No es estilosa, es alta, es guapa, está flaca, es hija de Carolina de Mónaco, nieta de Grace Kelly y Karl Lagerfeld le envía ropa para que ésta salga fotografiada en todas las revistas del mundo y la gente muera por sus prendas.



La envidia, creedme sé de lo que hablo, mueve ahora a las consumidoras de moda que están mas interesadas en tener la prenda que lleva la famosilla de turno, por muy horrible que esta sea, y que la industria les ofrece, a unos precios muy económicos, en bandeja de plástico en sus tiendas.

martes, 4 de octubre de 2011

De Gabrielle a Lee.

Siempre he sido muy fan de los trajes de chaqueta para mujer bien hechos, en su época me encantaban los que hacía Valentino. Creo que es el uniforme ideal para una mujer de cierta edad. Creo que no es adecuado para chicas muy jóvenes, pero me parece el uniforme ideal para mujeres que no quieren llamar la atención pero quieren lucir guapas y elegantes. Coco Chanel creó ese uniforme en el siglo pasado y al igual que los vestiditos negros, ambos se convirtieron en un básico para las mujeres. Chanel los hizo ligeros, en tweed, ribeteados para ser llevados con una blusa ligera, un uniforme que permite libertad de movimientos y que se convirtieron en algo imprescindible para millones de mujeres, copiados hasta la saciedad hasta que todo, mas o menos, cambió en la década de los sesenta.

Decía Chanel que le encantaba lo que hacía Yves Saint Laurent porque "cuanto mas me imita mejor le va". Yves Saint Laurent cambió el uniforme de las mujeres rejuveneciéndolo y aportando una dosis de fantasía y un buen puñado de realidad callejera. Los trajes de pantalón de Saint Laurent marcaron la época "juvenil" de la moda junto con otros creadores hasta finales de los setenta. Giorgio Armani copió la fórmula del traje masculino de yuppie y lo adaptó para la nueva mujer trabajadora que necesitaba de un disfraz de tiburón para ponerse a la altura de sus colegas de Wall Street.

Los trajes de chaqueta Armani eran, son y serán sobrios y elegantes pero carentes de sex appeal y hechos casi en exclusiva para ir a trabajar con toda su carga de severidad implícita. Su colega Franco Moschino tuneó trajes de chaqueta para mujeres, con mucho sentido del humor, a las que no les importaba llevar un tenedor o una cuchara dorada a modo de broche, como si fueran una de las camelias de Chanel. Los elementos en ambos casos eran los mismos que había utilizado la francesa años atrás, el continente era distinto pero el contenido era igual.



Mientras los italianos se hacían ricos exportando ropa a todo el planeta con su nuevo sistema de licencias y gracias a infraestructuras creadas por ellos, el heredero de la mano de Coco Chanel, Karl Lagerfeld, se dedicaba a desestructurar, caricaturizar, ridiculizar y de paso popularizar la prenda mas emblemática de la maison. Thierry Mugler se dedicó en esa época a los trajes de chaqueta hiperfemeninos inspirados en los comics de los cincuenta y en las pin ups. La cintura marcada, los hombros pronunciados y las faldas de tubo, la versión hard core del mítico tailleur revisitado.



Una vez me dijo una conocida diseñadora que los jóvenes creadores intentaban innovar creando cosas que nadie se va a poner y que sólo pretenden escandalizar a los espectadores, pijamas. Decía que eso era lo fácil, sacar a la pasarela a una modelo semidesnuda con la cara tapada y un cuchillo en una mano acapara seguro la atención de los medios de comunicación cuando lo difícil es hacer un traje de chaqueta como los que hacía Valentino Garavani, perfectos.



No voy a contar aquí una vez mas, lo mucho que admiro la obra de Alexander Mcqueen, sería aburrido hasta para mi, pero una de las cosas que mas me gustaban de sus colecciones es que siempre en la primera parte de sus shows los trajes de chaqueta ocupaban un lugar destacado, sobre todo en la ultima etapa de su trabajo antes de su muerte. Una de las etapas mas excitantes de los últimos años de la moda que nos ha proporcionado momentos que no vamos a olvidar tan fácilmente. Durante sus años en Givenchy, tal vez obligado por la herencia de la casa o por sus clientas, desarrolló toda esa técnica tan complicada de innovar trabajando sobre los trajes tanto de chaqueta de falda y de pantalón. Si dais un repaso a aquellas colecciones, que han envejecido bastante bien, vereis un montón de blazers con las solapas atravesadas, costuras que desaparecen y bolsillos que caen en picado sobre la cintura.




Sarah Burton no sólo es la sucesora del puesto de trabajo que Mcqueen dejó vacante tras su muerte, sino que es la heredera natural de su talento y del trabajo de todos estos años. Se nota, en su propuesta para el verano del 2012 que acaba de presentar en París, que no sólo conoce a la perfección, los gustos, las técnicas y el buen hacer de su maestro sino que la evolución con la que siempre nos deleitaba Lee Mcqueen sigue viva en la mano de esta mujer. Los trajes de chaqueta del desfile de hoy parecen salidos de la cabeza del inglés como si se los hubiera susurrado la propia Isabella Blow al oído y parecen a la vez un velado homenaje a aquella primera colección para Givenchy, toda en dorado y blanco, con la que fue recibido casi a pedradas por la crítica en su debut.