martes, 4 de octubre de 2011

De Gabrielle a Lee.

Siempre he sido muy fan de los trajes de chaqueta para mujer bien hechos, en su época me encantaban los que hacía Valentino. Creo que es el uniforme ideal para una mujer de cierta edad. Creo que no es adecuado para chicas muy jóvenes, pero me parece el uniforme ideal para mujeres que no quieren llamar la atención pero quieren lucir guapas y elegantes. Coco Chanel creó ese uniforme en el siglo pasado y al igual que los vestiditos negros, ambos se convirtieron en un básico para las mujeres. Chanel los hizo ligeros, en tweed, ribeteados para ser llevados con una blusa ligera, un uniforme que permite libertad de movimientos y que se convirtieron en algo imprescindible para millones de mujeres, copiados hasta la saciedad hasta que todo, mas o menos, cambió en la década de los sesenta.

Decía Chanel que le encantaba lo que hacía Yves Saint Laurent porque "cuanto mas me imita mejor le va". Yves Saint Laurent cambió el uniforme de las mujeres rejuveneciéndolo y aportando una dosis de fantasía y un buen puñado de realidad callejera. Los trajes de pantalón de Saint Laurent marcaron la época "juvenil" de la moda junto con otros creadores hasta finales de los setenta. Giorgio Armani copió la fórmula del traje masculino de yuppie y lo adaptó para la nueva mujer trabajadora que necesitaba de un disfraz de tiburón para ponerse a la altura de sus colegas de Wall Street.

Los trajes de chaqueta Armani eran, son y serán sobrios y elegantes pero carentes de sex appeal y hechos casi en exclusiva para ir a trabajar con toda su carga de severidad implícita. Su colega Franco Moschino tuneó trajes de chaqueta para mujeres, con mucho sentido del humor, a las que no les importaba llevar un tenedor o una cuchara dorada a modo de broche, como si fueran una de las camelias de Chanel. Los elementos en ambos casos eran los mismos que había utilizado la francesa años atrás, el continente era distinto pero el contenido era igual.



Mientras los italianos se hacían ricos exportando ropa a todo el planeta con su nuevo sistema de licencias y gracias a infraestructuras creadas por ellos, el heredero de la mano de Coco Chanel, Karl Lagerfeld, se dedicaba a desestructurar, caricaturizar, ridiculizar y de paso popularizar la prenda mas emblemática de la maison. Thierry Mugler se dedicó en esa época a los trajes de chaqueta hiperfemeninos inspirados en los comics de los cincuenta y en las pin ups. La cintura marcada, los hombros pronunciados y las faldas de tubo, la versión hard core del mítico tailleur revisitado.



Una vez me dijo una conocida diseñadora que los jóvenes creadores intentaban innovar creando cosas que nadie se va a poner y que sólo pretenden escandalizar a los espectadores, pijamas. Decía que eso era lo fácil, sacar a la pasarela a una modelo semidesnuda con la cara tapada y un cuchillo en una mano acapara seguro la atención de los medios de comunicación cuando lo difícil es hacer un traje de chaqueta como los que hacía Valentino Garavani, perfectos.



No voy a contar aquí una vez mas, lo mucho que admiro la obra de Alexander Mcqueen, sería aburrido hasta para mi, pero una de las cosas que mas me gustaban de sus colecciones es que siempre en la primera parte de sus shows los trajes de chaqueta ocupaban un lugar destacado, sobre todo en la ultima etapa de su trabajo antes de su muerte. Una de las etapas mas excitantes de los últimos años de la moda que nos ha proporcionado momentos que no vamos a olvidar tan fácilmente. Durante sus años en Givenchy, tal vez obligado por la herencia de la casa o por sus clientas, desarrolló toda esa técnica tan complicada de innovar trabajando sobre los trajes tanto de chaqueta de falda y de pantalón. Si dais un repaso a aquellas colecciones, que han envejecido bastante bien, vereis un montón de blazers con las solapas atravesadas, costuras que desaparecen y bolsillos que caen en picado sobre la cintura.




Sarah Burton no sólo es la sucesora del puesto de trabajo que Mcqueen dejó vacante tras su muerte, sino que es la heredera natural de su talento y del trabajo de todos estos años. Se nota, en su propuesta para el verano del 2012 que acaba de presentar en París, que no sólo conoce a la perfección, los gustos, las técnicas y el buen hacer de su maestro sino que la evolución con la que siempre nos deleitaba Lee Mcqueen sigue viva en la mano de esta mujer. Los trajes de chaqueta del desfile de hoy parecen salidos de la cabeza del inglés como si se los hubiera susurrado la propia Isabella Blow al oído y parecen a la vez un velado homenaje a aquella primera colección para Givenchy, toda en dorado y blanco, con la que fue recibido casi a pedradas por la crítica en su debut.

5 comentarios:

Gratistotal dijo...

que gran repaso y homenaje a esa prenda tan imprescindible en nuestro armario!

Esto es Moda dijo...

Me ha encantado Lucio.
Sarah está haciendo un trabajo estupendo y respecto a la época de Lee en Givenchy sólo puedo decir que el mundo en ocasiones de muy pero que muy injusto, aunque luego se arrepienta.

Di dijo...

Por algo eres la fahionpedia y te adoramos

Sr Q dijo...

Un dos piezas, te saca de un apuro, si está bien cortado te hace buen cuerpo, te lo pones en medio minuto y es la pera... el problema es que se asocia con ranciedad, y eso es un error, porque bien llevado, con buenos complementos, es de todo menos rancio. Y bien sexy.

Le dijo McQueen a Yolanda Sacristán que el hacía cirugía estética sin agujas, que conocía tan bien la silueta de una mujer, que con uno de sus trajes, realzaba sus virtudes y escondía sus defectos. Y es que antes de Lady Gaga, McQueen era conocido por ser el heredero de los Montana, los Mugler y esa peña que tan buenos trajes de chaqueta hicieron.Burton ha creado unos dos piezas que son de babear, afilados, rectos, muy sexys y favorecedores, eso me ha encantado.

Anónimo dijo...

Amazing photos and outfits. Love this pics. Smart casual dress code