Su casa, el jardín, la decoración, su pelo, su piel, y todo lo que le rodeaba era simplemente perfecto. Si se llevaban las enormes hombreras ella se las ponía, si se llevaban las pieles ella las lucía, pese a su juventud, con el garbo de una estrella de Hollywood de los cuarenta,¿ Chanel?, Chanel, ¿Moschino?, Moschino. Hasta que se hartó y decidió utilizar ella la moda en vez de al revés hasta conseguir su estilo, un estilo cómodo que a algunos les producen arcadas y a otros les parece lo máximo del buen gusto. Lo que es indudable es que el estilo es suyo, único e irrepetible. Tras equivocarse mucho, mogollón, alcanzó algo que mucha gente no conseguirá nunca, un estilo único, irrepetible e instransferible...y pobre de la que ose intentar imitarlo.
La Infanta Elena, Duquesa de Lugo, primogénita de los Reyes de España, jamás ha tenido estilo, ni estilo, ni gracia, ni nada que se lo asemeje, de hecho no creo que ella haya reparado mucho en su aspecto viendo cómo va vestida para llevar a los hijos al colegio. Una mujer de cuarenta años que huye del maquillaje y de las peluquerías como yo de las Iglesias, y que como uniforme viste mocasín, pantalón beige y un enorme abrigo plumífero hasta los pies está claro que opta mas por la comodidad que por otra cosa.
Tras su boda con el Duque de Lugo, que en paz descanse, de parir doblemente y quedarse mas delgada que en su vida, sufrió la típica metamorfosis que sufren aquellas mujeres que caen en las garras de la típica estilista amateur de provincias que no pueden ponerse lo que les gustaría por falta de posibles, obviamente. Su "estilo" era un falso estilo. Aquello era un espejismo en forma de sueño frustrado de wanabee pueblerino con ínfulas de entendido. Su ya desaparecido estilista, suprimió su eterna trenza con pasador por enormes sombreros de Philippe Tracey y los vestidos de corte opusino reciclados por costosísimos trajes de Costura de Lacroix. Recuerdo una foto tremendamente impactante de la Infanta, inaugurando no sé que con una chaqueta de girasoles de colores de Versace de mas de cuatro mil euros.
Nunca vi cómoda, de hecho nunca la he visto, a la Infanta en ese papel de mariquita recortable, ahora te pongo esto ahora te pongo aquello, nunca lo supo llevar. Se le nota mucho a la Infanta que no posee un ápice de frivolidad, y que tiene mucha sangre germana circulando por su venas.
Ahora que las alfombras rojas todo lo invaden y que da igual cual sea el evento mientras tengamos los datos de quienes son los vestidos, ahora que las bodas reales se han convertido en otro evento que tuitear y que la realeza, qué pereza!, pretende llevar los mismos trapos que Britney, Lindsay y las demás, ahora que no hay lugar para la disidencia, la singularidad y el estilo único (y quien esté pensando en Lady Gaga que se olvide, yo sólo pienso en Cher) es un soplo de aire fresco, puro y regenerador ver a nuestra Infanta, esa a la que pensábamos que le faltaba un hervor, esa de la que todos pensábamos que le faltaba un verano, esa que todos creíamos que era una consecuencia de la promiscuidad genética de sus antepasados, vestida de torera en Suecia bajo la mirada de todo el viejo continente, dejando sin respiración, a todo el país y haciéndonos volver a creer en la moda, en la individualidad y el estilo que sólo la aristocracia, la de verdad, sabe sacar a relucir haga frío, nieve, llueva, se esté haciendo pis o esté sufriendo una triple hemorragia cerebral y un triple infarto a la vez, con el porte de alguien que ha sido parido y criado para tales eventos, para mantener la compostura y la barbilla alta pase lo que pase y pase quien pase.
La Infanta de trenza rancia, mirada triste y porte desgarbado sigue ahí, debajo de esa maravillosa falda y de la taleguilla, la mujer triste, sigue ahí debajo del traje de Caprile, mas cómoda en sus mocasines de Tod´s y con sus pantalones de montar.Lo que está claro es que sabe sacar a la Duquesa de Lugo cuando sus deberes se lo imponen, y eso se agradece entre tanta contención y cuquinismo falso, si la futura Reina puede ser una divorciada,¿ por qué voy a ser yo una apestada si lo único que he hecho es cumplir con mis obligaciones?.
La Infanta ha superado la viudedad y vuelve a estar en el mercado.
La metamorfosis ha sido maravillosa porque se ha equivocado, la Infanta se ha reeinventado, como Preysler, un montón de veces, la una por exceso y la otra por defecto, pero la metamorfosis en ambas es maravillosa. Una ha conseguido congelar el tiempo para siempre y conseguir que su hija mayor parezca su madre y la otra se ha ganado el respeto de un montón de gente llegando con el porte de una reina nórdica a un evento tan importante sin agachar la cabeza, y sino pensad lo que pensábamos de ella hace unos años y lo que pensamos ahora.
La Infanta Elena es la digna sucesora, en estos menesteres de reinados, de otra grande, Margarita de Dinamarca que es una Reina como de la Revolución francesa o de las Crónicas de Narnia, una reina de cuento.